El milagro del perdón

La lucha de Jesús contra tu pecado

En Getsemaní, la prensa de aceite, fueron «prensados» tus pecados y los míos, cualquier perversidad del mundo, en esa copa de Jesús. Los pecados del violador en serie, del dictador inhumano Adolfo Hitler, por quien fueron asfixiados y asesinados seis millones de judíos, cada crueldad, lascivia, odio, falta de perdón, asesinato, etcétera, fueron todos juntos «prensados» en esa copa. Todos los pecados del mundo entero, desde Adán hasta el último ser humano que nazca, fueron ‘comprimidos’ en esa copa que Jesús iba a beber.

El Hombre sin pecado, que es tan limpio y puro que no nos lo podemos imaginar, se enfrentó en todos los aspectos de su naturaleza divina con nuestros pecados. Jesús experimentó en el jardín de Getsemaní lo mismo que el chivo expiatorio en el Día de la Expiación: el pecado del mundo entero se puso sobre Él. La carga de nuestros pecados le presionó con tanta fuerza que le dio la sensación de que su alma estaba siendo ‘prensada’.

Jesús preguntó tres veces a su Padre si no había otra manera de salvar al mundo¹³ . Él odiaba el pecado con todo su ser y clamó a Dios. Pero Él le hizo ver claramente que no había otro camino para redimir al mundo de su pecado. Estoy convencido de que Jesús no lo habría soportado si no hubiese acudido un ángel del cielo para fortalecerlo.¹⁴ . Dios siempre manda un ángel con una razón fundada. Pero Jesús confió en Dios y dijo: ‘Padre mío, sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía’¹⁵ . Así es como Jesús fue hecho pecado con tus pecados y los míos.¹⁶.

Jesús en su padecimiento hizo lo que Dios le pidió: bebió la copa de tus pecados hasta la última gota.