La flagelación

A primeras horas de la mañana se discutió en el Sanedrín acerca de cómo persuadir al gobernador Pilato para que condenase a muerte a Jesús. Ellos mismos no tenían el poder judicial de ejecutar la pena de muerte, por eso entregaron a Jesús, atado como un criminal y después de haber pasado la noche siendo azotado y maltratado, a Pilato.

Pilato interroga tres veces a Jesús y las tres veces llega a la misma conclusión: ‘¡Ningún delito hallo en Él, es inocente!’. Pilato quiere dejarlo en libertad, pero no sin haberlo azotado antes. El vocablo que usa Lucas para azotar (paideuo) significa literalmente ‘educar a un niño, castigar, dar un escarmiento’. Pilato quiere dar una lección a Jesús mandando que lo azoten, lo que es una infracción grave de la ley, ¡porque lo acaba de declarar inocente! Tal vez quiere conseguir que el pueblo, que poco antes había estado aclamando a Jesús, se ponga de acuerdo con él en dejar a Jesús en libertad tras compadecerse al ver cómo lo maltratan.

oda la gente sabía que la flagelación era una práctica muy sangrienta. Jesús, completamente desnudo, fue atado con cuerdas a un pilar, con los brazos extendidos hacia arriba, de cara al pilar. Solían ser dos soldados los que llevaban a cabo la flagelación, se turnaban para dar latigazos con el llamado flagrum o flagellum, el látigo romano. Este se componía de un mango corto, al que estaban fijas unas correas de cuero, a las cuales se ataban astrágalos de carnero. Los romanos diseñaban los flagelos especialmente para poder desgarrar la carne de la víctima, por lo que los músculos y los tendones quedaban a plena vista. Con este horrible instrumento desgarraron la piel de Jesús, que literalmente fue hecha jirones. Su cuerpo fue destrozado y desfigurado, mientras que colgaba de las cuerdas medio inconsciente, rodeado de un gran charco de sangre.

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adminwonder 4