En Cristo, Dios no se fija en tus pecados

Dios ya te mostró en el Antiguo Testamento lo que significa ser aprobado y aceptado ‘en Cristo’. El cordero que se sacrificaba en el templo para perdón de los pecados no podía tener ninguna enfermedad ni defecto o falta de cualquier tipo, tenía que ser perfecto.

Cuando un creyente iba camino del templo con su cordero, la gente sabía que había pecado mucho. Tenía que soportar las miradas curiosas y despectivas que le hacían sentirse culpable y avergonzado. Pero cuando ya había llegado al templo, no tenía por qué tener miedo de que el sacerdote lo rechazase. Al contrario de la gente de la calle, el sacerdote no se fijaba en el pasado oscuro del creyente. No le interesaba si tenía aspecto desaliñado, si no se había aseado desde hace tiempo. La mirada del sacerdote se dirigía únicamente al cordero. Si el cordero era perfecto, Dios consideraba perdonado al pecador!

¡Gracias a Dios que nos proveyó de un Cordero perfecto! Y como nadie puede encontrar un defecto en tu Cordero, eres aprobado y aceptado por Dios. Él te considera puro, santo, justo y perfecto ‘en Cristo’, el Cordero de Dios. Ocurra lo que ocurra: Dios no te ve en tus pecados, te ve ‘en Cristo’. Quizá piensas que eres un pecador por haber pecado de nuevo y te sientes culpable por haber tropezado. ¡No se te olvide la historia del sacerdote y el cordero sacrificado! Lo que piensas, sientes o haces no determina tu identidad, sino lo que Jesús, el Cordero de Dios, hizo por ti. En base a tu relación con Jesús, eres completamente aceptado por Dios.

Anterior Próximo
Ver todas las imágenes

adminIn Christ, God does not See your Sins