El segundo milagro de la cruz:
EL MILAGRO DE LA REDENCIÓN
Jesús fue maltratado hasta sangrar
El diablo es quien te acusa
Tu documento probatorio fue clavado en la cruz
La sangre de Cristo te libera de toda acusación
La sangre de Cristo te libera de toda acusación
TEl maligno ya no tiene derecho a acusarte, porque Jesús cargó en la cruz tanto con tus acusaciones como con tu condena, y así estás absuelto de toda culpa. Jesús te lleva en su victoria y te autoriza a hacer callar al diablo en su nombre cuando te acuse. Te ha puesto en el terreno de la victoria. Oremos por el milagro de la redención:
Padre celestial,
Deseo que cada milagro de la cruz tenga lugar en mi vida. Creo que Jesucristo clavó en la cruz toda acusación contra mí. El diablo ya no tiene derecho a acusarme. Ya no quiero aguantar el yugo de imputaciones, (falsas) acusaciones y sentimientos de culpa.
Gracias, Jesús, que me has dado la autoridad para decirle al diablo: «Has sido vencido por la sangre del Cordero y por la palabra de mi testimonio. Dios ha perdonado todos mis pecados. Ya no te permito que me acuses ni que me culpes. He sido limpiado, santificado y justificado por la sangre del Señor Jesús. ¡No hay condenación para los que están en Cristo Jesús!’
Gracias, Padre, por el milagro de la cruz por el que yo también he sido redimido de la acusación del maligno y que Tú me aceptas como tu hijo amado.
Amen.