El milagro de la liberación

Por la sangre de Jesús recibes liberació

¿Qué te parece lo que ocurrió en el atrio del pretorio? ¿Te das cuenta de que los soldados romanos, en tu nombre, coronaron a Jesús con tu corona de espinas? Jesús quiere que le des la corona de espinas de tu vida: tu pasado, tu dolor, tu ira, tu tristeza, tu rechazo, tus sentimientos de inferioridad, tu derecho a aplicar la ley del talión y tu papel de víctima.

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Mira al Rey de reyes, que se inclina ante ti y te dice: ‘Cuando los soldados me golpearon en la cabeza con la caña y las espinas me penetraron, tomé sobre mí todas las consecuencias de los pecados de tu vida. ¡No temas, coróname con la corona de espinas de tu vida!’.
Oremos por el milagro de la liberación:

Padre celestial:,

Gracias que Jesús fue hecho maldición por mí, pagando así por mi libertad. Decido entregarle a Él la corona de espinas de mi vida: mi pasado, mi dolor, mi ira y mi tristeza, mi rechazo y mis sentimientos de inferioridad, también mi derecho a recompensa. Perdóname, Padre, por haberme dejado encerrar en el papel de víctima. Gracias porque Jesús cargó con mi maldición y ahora puedo participar de la bendición de Abraham.

Amen.