El sexto milagro de la cruz:
El milagro de la reconciliación
La crucifixión
En la cruz Jesús cumplió sus palabras
Por qué no rompieron las piernas de Jesús
No podemos conseguir la reconciliación
El intercambio divino
Por la sangre de Jesús te reconcilias con Dios Padre
El intercambio divino
Jesús murió en la cruz que originalmente estaba preparada para Barrabás. A este lo habían arrestado por haber asesinado al menos a una persona en una revuelta. Estaba esperando a que lo sacasen de su celda para crucificarlo ese mismo día. El nombre de Barrabás era un nombre muy común y significa ‘hijo del padre’. Se le puede considerar como un representante simbólico de la raza humana. Su vida llena de rebeldía, violencia y muerte representa nuestra naturaleza pecadora y rebelde.
No sé si Barrabás comprendió lo que ocurrió aquel día en el Gólgota, a las afueras de Jerusalén. Pero Dios le mostró a Barrabás y a nosotros su gran amor al enviar a Jesús y hacer que muera por nosotros cuando todavía éramos enemigos suyos.72. Al morir en la cruz, Jesús tomó el lugar de todos los hijos e hijas de Dios que estaban condenados.
En la cruz tuvo lugar un intercambio divino: Jesús cargó con el castigo que nosotros merecíamos.73. Dios eliminó en la cruz nuestra enemistad, para podernos reconciliar de nuevo con Dios: ‘Aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora Él os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él74. Tú eres, como Barrabás, hijo del Padre, destinado a vivir en su presencia.