El intercambio divino

Jesús murió en la cruz que originalmente estaba preparada para Barrabás. A este lo habían arrestado por haber asesinado al menos a una persona en una revuelta. Estaba esperando a que lo sacasen de su celda para crucificarlo ese mismo día. El nombre de Barrabás era un nombre muy común y significa ‘hijo del padre’. Se le puede considerar como un representante simbólico de la raza humana. Su vida llena de rebeldía, violencia y muerte representa nuestra naturaleza pecadora y rebelde.

No sé si Barrabás comprendió lo que ocurrió aquel día en el Gólgota, a las afueras de Jerusalén. Pero Dios le mostró a Barrabás y a nosotros su gran amor al enviar a Jesús y hacer que muera por nosotros cuando todavía éramos enemigos suyos.72. Al morir en la cruz, Jesús tomó el lugar de todos los hijos e hijas de Dios que estaban condenados.

En la cruz tuvo lugar un intercambio divino: Jesús cargó con el castigo que nosotros merecíamos.73. Dios eliminó en la cruz nuestra enemistad, para podernos reconciliar de nuevo con Dios: ‘Aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora Él os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él74. Tú eres, como Barrabás, hijo del Padre, destinado a vivir en su presencia.

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adminThe Divine Exchange