El milagro del perdón

El aguijón de la muerte está en Jesús

En la Biblia se le llama al pecado el ‘aguijón de la muerte’.¹⁷. Este aguijón le atravesó a Jesús profundamente el alma, el espíritu y el cuerpo. En todos estos aspectos de su vida sin pecado se enfrentó con nuestro pecado. ¡Esto era tan antinatural para Él! Era como si le pusieran una película en la que Él «se sumergía». Nuestro pecado, por así decirlo, se proyectó en imágenes en su retina. Él reaccionó ante ello con todos sus sentidos y emociones.

La copa de la vida de Jesús se llenó del pecado del mundo entero y empezó a beber de ella, sorbo a sorbo. ¡La Biblia dice que Él entonces experimentó o probó la muerte! ¹⁸. Con cada sorbo experimentó nuestras emociones pecaminosas. Experimentó el odio sanguinario del asesino, pero también el pánico repentino de la víctima. Olió la sangre inocente derramada y sintió el esperma eyaculado con violencia en la boca. Oyó los gritos de terror y vio las consecuencias del poder del pecado en la creación entera. Él, que era cien por cien puro en sus emociones, se enfrentó a emociones que eran ajenas a su naturaleza: miedo, odio y una tristeza paralizadora.

19[/extra]. Eso es lo que experimentó Jesús en el jardín de Getsemaní. Todas las potestades, principados y poderes del diablo se abalanzaron sobre Él para burlarse de Él, acusarlo, juzgarlo y torturarlo. El Hombre sin pecado experimentó Getsemaní como un horrible infierno.